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Recomendamos la siguiente nota de Federico Bernal aparecida hoy en el excelente suplemento "Malvinas, tiempo de descolonización" que sale todos los sábados en Tiempo Argentino. Va por su sexto fascículo, y continúa. A nuestro entender, representa el trabajo de investigación más serio que se está realizando hoy en día sobre el tema. Recomendado para salir de los lugares comunes y vencer a la autoflagelación derrotista de la desmalvinización.
El 2 de abril de 1982, la República Argentina recuperó las Islas Malvinas luego de 149 años de ilegítima ocupación británica. La Comisión Rattenbach (puntos 286 y 287) opinó al respecto: “Con ese acto, la nación reivindicaba un objetivo histórico y mostraba su determinación de hacer respetar sus derechos sobre un territorio irredento. Además, estas justas aspiraciones habían sido reconocidas sucesivamente por las Naciones Unidas a partir del año 1965 siendo sistemáticamente resistidas por Gran Bretaña. Al cabo de 17 años de infructuosas negociaciones y 149 de reclamaciones, la ocupación militar se daba como un recurso extremo para denunciar y comprometer ante el mundo a una potencia colonialista que se negaba obstinadamente a negociar con seriedad el futuro de las islas, desconociendo los documentos emergentes de la opinión internacional, expresados a través de la Asamblea General de las Naciones Unidas.” La naturaleza justa y legítima del acto de recuperación –tal como afirma el Informe Rattenbach– sería luego ratificado por la justicia argentina en la denominada Causa N° 59 (Archivo de la Cámara Federal) en el juicio a la Junta por las responsabilidades del conflicto bélico. El fallo del 26 de julio de 1988 (fiscal de Cámara Luis Gabriel Moreno Ocampo) declaró: “La Fiscalía, […] acepta expresamente que la conquista de Malvinas fue un acto de legítima defensa; eso aquí no se discute, ni en ningún foro internacional se condenó a la Argentina como agresora, menos la Fiscalía estaría dispuesta a decir esto.”